Paul-Armand Gette
Ambra Polidori
"Paul-Armand Gette"
Lapiz, Madrid, n°58
Como los dadaistas, pero de un modo que le es propio, Paul-Armand Cette (Lyon,
Francia, 1927) ataca la autonomia ideológica del arte. Utilizando en él
la nomenclatura cientifica, demuestra las componentes subjetivas y la capacidad
poética de la ciencia, a la vez que encuentra un placer secreto en ironizar
y poner en duda su pretension de verdad tomada demasiado en serio. Asi, los
trabajos de Gette (fotografias, dibujos, instalaciones, esculturas y apuntes),
expuestos ahora en el Magasin, Centro Nacional de Arte Contemporàneo
de Grenoble, que van de 1960 a 1988, desarrollan un sistema propio entre el
arte y la ciencia (particularmente, dirigida a la entomologia, la botánica
y la geologia).
Amante de encontrar y encontrarse en los limites, Gette se manifiesta -aunque
más con un resultado frio que cálido- en las fronteras del Arte,
de la Ciencia y de la Moral, buscando subvertir los códigos y las reglas
que rigen nuestros hábitos culturales y de percepcion.
Un recorrido por la exposicion muestra los lazos establecidos por el autor
francés con botánicos, escritores y artistas que señalan
las fuentes de su trabajo.
Lewis Carrol, autor de Alicia en el Pais de las Maravillas y de la lógica
del sinsentido, por ejemplo, se manifiesta particularmente en la produccion
de Gette por la comùn atracción hacia las nìñas
y jovencitas que a partir de los ailos 70 están presentes en la obra
del francés, quien, en su afán de provocar, las retrata con el
ojo que busca transgredir la prohibición, et tabù; al igual que
con et ojo fetichista que muestra realidades vecinas a ellas o a la mujer,
como pueden ser unas bragas evocadoras del objeto ausente.
Amén de gustar de los dobtes sentidos, pero lejanos del formalismo lógico-matemático;
de variar las escalas (como sucede en Alicia) y de jugar con el elemento
de la transparencia y de la distorsión de imagenes, Gette se liga al
naturatista sueco Carlos de Linneo rindiéndole un homenaje en 1975 en La
nonenclatura binaria y en sus fotografias de plantas y de jardines botánicos
que son tomados con ironia y vistos como una alegoria del ideal burgués
de la Naturaleza. Al mostrar estas imágenes sin interés y sus
notas de un carácter exótico y banal, Gette porte en cuestión
tanto las verdades totalizadoras de la ciencia, como lo que entendemos
convencionalmente por arte.
De igual manera rinde un homenaje a Claude Monet, haciendo uso repetido en
sus trabajos de la aparición de nenùfares (nymphéa)
con un sentido erótico. Flor ligada, a su vez, a la palabra nymphe (ninfa:
de los bosques -hada-, jovencita o labios menores de la vulva) que le permiten
hacer una serie de referencias visuales de doble lectura.
En la ùltima sala de exposición del Magasin encontramos una instalación
titulada La espera de las Ninfas (1988), consistente en tres bloques
grandes de piedra volcánica (en su origen incandescente) y por ello
puestos ante una imagen fija de un video de pétalos de rosa, con et
fin de hacer una metáfora del deseo.
Del mismo modo, Paul-Armand Gette, partiendo siempre de la metáfora,
titula una obra que conmemora et bicentenario de la Revolución Francesa: La
solidificación (1988), invitando irónicamente a reflexionar
sobre la relación de Francia con su revolución.